El hombre que deleita un objeto estético, tiene una percepción, representación y juicio de este a partir de sus herramientas cognoscitivas y culturales.
Por ejemplo si veo la Película Edipo Rey de Pier Paolo Pasolini, sin leer o conocer la obra de teatro de Sofocles, tal vez no podré degustar de manera profunda la propuesta que nos da este cineasta sobre esta tragedia griega.
Pero para el hombre tambien su conocimiento se puede convertir en un impedimento para el desarrollo del gusto.
Por ejemplo yo como actriz, no logro desgustar una obra escénica como hace algunos años. Pues ahora no contemplo sino evalúo, juzgo y aplico mi conocimiento sobre el tema.
El conocimiento y el gusto deben estar a la par para lograr una verdadera experiencia estética, pero el conocimiento debe tener la medida justa, para que mi inclinación hacia el objeto no pase de un desinterés como dice Kant a un interés cognoscitivo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario