domingo 14 de marzo de 2010
Efluvios En ti estás belleza innúmera
en ti,
lejos de cualquier fingimiento,
de cualquier premeditación;
más tan cerca a mi fluir
como las aguas que fluyen.
Estás aquí, conmigo,
y te llevo como mi lazarillo;
sin embargo ¡cuán sin mi estás!
Te llevo y te traigo
más, me llevas y me traes...
qué inmensidad deleitosa son
las mieles que me llevas, que te traigo.
Belleza en duerme-vela
¿por qué no te tengo
como algo totalmente mío
como a una de mis manos,
como a un sueño prohibido,
íntima e irrevocablemente mío?
¿Es que acaso me queda de ti meramente
la sombra del juicio?
¿es que en tu juego y tu reproches
me consignas tu cruel acercamiento,
la caída en tu vicio, el vicio
de contemplarte en las formas,
en los murmullos, en las potencias,
en el fluir del río?
¡Oh belleza! ¡cúan difícil es conquistar
tus amaneceres, tus ocasos!.
¡Cuán apartado de mí mismo me exiges
en tus brazos!, más ¡cuán cerca de mi
misma mismidad debo estar
para extasiarme en el arruyo de tu pecho!
Belleza única, belleza múltiple,
belleza informe, belleza elaborada.
Me pierdo en ti, para llegar a ti;
en ti me pierdo y me encuantro
JUAN PABLO PEÑARANDA.A OLGA.
Por Alberto Contreras M.
Quiero ser como un grito en la montaña
y nombrarte al abrir de cada espiga,
el azul oasis que tu sed mitiga,
la vida que palpita en tus entrañas.
Quiero ser el cristal que no te engaña,
tu fiel amigo que por doquier te siga,
el ángel que en tus noches te bendiga,
el héroe que en tus sueños te acompaña.
Quiero llegar a tu alma de colmena,
como llega el rocío a la azucena,
como el aroma al seno de la flor.
Quiero unir tu suspiro a mi suspiro
como se une la luz a los zafiros,
como al surco la fe del sembrador.
AlCón.ALBERTO ANTONIO CONTRERAS